domingo, 6 de marzo de 2011

Guerra de Civilizaciones


Ahora que se supone que estamos inmersos en una guerra entre civilizaciones, me gusta desvariar un poco y es que... ¿a qué hemos llegado? En serio, a que nivel estamos. Evidentemente, todo credo tiene su cosas guardadas en el trastero, como en toda casa de vecino. Una guerra nunca estará lo suficientemente argumentada, pero que surjan crispaciones de algo tan... ¿voluble? 
Hace poco, hablé con una amiga musulmana y me avergüenzo de la situación global. Me remito a la frase "si es que llevarse bien no cuesta tanto", pues parece que no. Parece que en todos estos años de evolución, lo único que ha cambiado en el mundo es que hemos pasado de pegarnos a palos a matarnos a tiros. Pero la cabeza, dentro de cada uno, tenemos una especie de semilla que nos hace mirar siempre en la misma dirección, la errónea.
Mi amiga se crispaba y me decía que no entendía como pueden existir las disputas "entre civilizaciones". Religiosamente hablando, hay más cosas que nos unen de las que nos separan. Lo único que cambia es la tapa del libro que leas. Os dejo mi pequeño pensamiento en el aire.

Porque... con lo fácil que es llevarse bien... o no.

martes, 1 de marzo de 2011

Teleoperadoras, duendecillos de la siesta



Hoy quiero hablaros de las teleoperadoras, esos pequeños duendecillos gallegos que viven dentro de cada teléfono del mundo y que esperan a que estés comiendo, durmiendo o cualquier otra tarea que impida hacer otra cosa para llamarte. Debo admitir que en el fondo me gusta hablar con ellas, siento que puedo descargar mi ira sin la necesidad de pagar una sesión en un psicoanalista.
Son número desconocidos, largos y extraños los que aparecen en la pantallita del teléfono y aprietas el botón verde con incertidumbre, esperando que seas el elegido por una forma de vida extraterrestre al igual que temes que la CIA haya revisado las cookies de tu ordenador. Sin embargo, un "¿es usted el propietario de esta línea?" te devuelve a la realidad.
Según un estudio que he estado realizando a lo largo de dos años, el horario de estos duendecillos gallegos va desde las 14:00 hasta las 17:00 y siempre actúan en grupo, nunca te llamará una teleoperadora sola, siempre te llamarán varias, una detrás de otra, aunque sean de compañías distintas.
El segundo punto que quisiera destacar es la perseverancia de estos seres, les puedes poner mil excusas, les puedes decir que estas comiendo, que estas durmiendo, que estas trabajando, que estas haciendo la comida, que has tropezado, te has clavado una jabalina en el diafragma y es una sensación muy desagradable... siempre, siempre y repito, siempre, te dirán "¿y cuándo podría hablar con usted Señor Don Paco?". Se me olvidaba, cuando os pregunten por alguna forma para referirse a vosotros decid vuestro nombre, que siempre añadirá el "Señor Don" delante. Ya si queréis avanzar, comenzad con los nombres míticos de las bromas de Bart Simpsons; de hecho, según las estadísticas a las que yo sólo puedo acceder, como buen periodista, la teleoperadoras llaman a una media de 23,4 Tomás Turbados al día.
Cuando no tengo ganas de hablar y me preguntan por si estoy interesado en sus servicios, siempre respondo que no, si hubiera estado interesado ya hubiera llamado yo, ¿no? Pero me encanta que me llamen especialmente los vendedores de ADSL, los adoro, tan incrédulos ellos, sobre todos aquellos de Imagenio cuando te venden tres productos a un precio más barato del que tu pagas por sólo dos servicios... disfruto cuando entre sollozos me reclaman que no los demande a la Organización de Consumidores. Que sonrisa maléfica dibuja mi cara. Se me olvidaba, cuando alguno de estos duendecillos gallegos os llame y pregunte por vuestro nombre, habladle en inglés y cuando consiga vuestro nombre, decid que os llamáis Bill Gates, si no lo conocen, grabad la conversación y seguid el hilo del diálogo, siempre he querido saber como alguien puede vender ADSL y un router de regalo a Bill Gates. ¿Alguien acepta el reto?

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