martes, 20 de octubre de 2009

DOCUMENTALES, VENTANAS AL MUNDO

Hola queridos discípulos y discípulas, hoy quiero hablaros sobre esa franja de la programación tan denostada en televisión: los documentales.
Como buen amante del saber, me he predispuesto a ver uno de estos programas al día, de hecho, apoyo mi iniciativa subiendo alguno de ellos a este nuestro blog.
He encontrado documentales muy dispares y cada cuál me fascina aún más. El otro día intenté ver uno sobre Stonehenge, sin embargo, a la quinta piedra me quedé inmerso en los más profundos de los sueños. Y es que, a lo largo de mi misión me he dado cuenta de que deben tener algún tipo de contenido sedante que nos inducen a todos a una especie de principio de coma. ¿Quién ha podido ver entero un documental sobre el lecho marino? A ver señores, en el fondo marino, sobretodo, nuestros queridos documentalistas se empeñan en enseñarnos lugares como los arrecifes de coral; ya sé que en este ecosistema existe una gran variedad de fauna: una estrella de mar, un coral, un erizo, una babosa marina, una morena (entiéndase como animal marino), una sepia, un cangrejo... son bonitos, pero ¡no se mueven! Por ello el narrador comenta "ahora los animales están quietecitos porque son de hábitos nocturnos" Pues coño, graba de noche, no es tan difícil, pones una bombilla y a nadar. No invirtáis en espacios televisivos que nadie va a ver... bueno, y después de tirar por tierra la ilusión de los licenciados en publicidad, continuemos.
La otra noche, vi agradable uno de estos espacios titulado "Las hormigas asesinas". Muy bien, en verdad, me traumatizó. Un dato que ofrecía el comentarista se basaba en la cantidad de personas muertas a lo largo del año entre las pinzas de estos insectos. A ver, queridos humanos míos, ¿que fumáis para ver un río de hormigas del tamaño de un dedo se acerca a vosotros y no con ganas de una confraternización entre especies? ¡Pero quitaos de delante! No es tan difícil. Además, para recochineo del locutor, éste daba la información de que dichas hormigas son una especie ciega. Así que viendo el panorama de ataques de hormiga se debería reflexionar si estaban más ciegos los animalitos o los atacados.
Los documentales me están abriendo la mente a nuevas formas de pensamiento del ser humano o como se denomine en ciertos casos. Descubrí el fascinante mundo de los grupos radicales, más concretamente un grupo de neonazis rusos, muchos tomarían este grupo a mofa, sin embargo, tienen suficiente relevancia como para tener miembros en el Parlamento, la verdad es que sólo tienen a uno y en la entrevista se defendía como fiel seguidor de las doctrinas de Hitler y Stalin (muy elocuente todo). A la vez, se mostraba un entrenamiento de estos jóvenes zagales, es decir, ejercicios consistentes en correr una distancia de seis kilómetros con una mochila cargada de ladrillos o pegarse tiros con una pistola de balas de plástico y los pantalones ardiendo. Vamos, formas de diversión normales y corrientes para los tiempos que corren. Sin embargo, estos seguidores de la esvástica se escudaban en que se ejercitaban de esta forma para situaciones futuras, y yo, perdonadme, a menos que quieran participar en el Grand Prix o ir a las rebajas, no vislumbro ninguna posibilidad de que haga falta dicho calentamiento.
Pero las ideas de los redactores de documentales no quedan en meras observaciones sin interpretaciones, sino que van mucho más allá. "El lado oscuro de los delfines" fue otro título que me causó cierto interés. El espanto ante una futura revolución delfínica me llevó a quitar el documental. Demasiado para mi corta inteligencia. La primera vez que se emitió el documental fue en Japón y mirad, todos los años hacen una matanza de estos mamíferos y encima, les llamamos personas si corazón a los pobres nipones. Injustos que somos.
No puedo terminar esta entrada sin hacer una breve mención a National Geographic, esa sociedad que tanto bien ha hecho a la ciencia y a la investigación, esa sociedad que grababa incesantemente a esa gacela de Thompson que se encontraba por casualidad delante del guepardo, nunca olvidaremos su afán por conocer el punto de vista de cualquier forma animal colocando una cámara en todo bicho viviente con títulos como "El Camino del Elefante. La vida a trompazos. (No confundir con cualquier película programada más a allá de medianoche en cualquier canal local)", "El Mundo del Gorila. De la montaña a la puerta de una discoteca", o la trilogía: "La vida del Tiburón. El asesino de focas.", "La vida de la Orca. La aniquilidora de focas." y "La Foca. Una silueta de tiza en el océano." ... e incluso, el más famoso y el más repetido "El Ñu. Entre el león y el cocodrilo, difíciles decisiones." A este paso, no creo que haya quedado ningún animal al que no le hayan puesto una camarita en el cogote: delfines, abejas, gaviotas, golondrinas, ballenas... ¿que será lo próximo? ¿un koala? el guión sería de la siguiente extensión: "Aquí observamos al koala comiendo hojas de eucalipto." Fin del guión. Por Dios, estamos llegando a una sinrazón.
Como conclusión final, si nos paramos a hacer una visión generalizada del conjunto de contenidos de la televisión, dudo que haya muchos más programas que ayuden a nuestro crecimiento intelectual. Debemos absorber dicha información, asimilarla y sacar nuestras propias conclusiones sin ser unos meros borregos sin decisión. Por ello, un último consejo: señoras y señores, maten a los delfines.

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