lunes, 20 de julio de 2009

Harry Potter y el Soso Mestizo


Señoras y señores, el otro día fui al cine, vi Harry Potter y el Príncipe Mestizo. Para empezar, cuando ves un título así la primera imagen que se te viene a la cabeza es al niño de las gafas y la varita, acompañado de un mulato con maracas disfrazado del príncipe de Bequelar (o como se escriba).

Pues nada, el film comienza con un Harry sentado en una cafetería y leyendo el periódico como un señor, mientras le tira los trastos a la camarera. Sin embargo, aparece Dumbledore, a partir de ahora lo llamaremos “Viejo Chocho de la Barba”, que le dice que se le agarre del brazo, que van a ir al quinto pino y que no va poder llevarse a la camarera. Harry se queda unos minutos calculando los beneficios, pero se agarra del brazo y se introducen en un vórtice teletransportador chungo de la muerte que los lleva a un barrio aún más chungo. Se meten en una casa con un nivel de orden parecido al de mi habitación, buscan a un mago, Viejo Chocho se acerca a un sillón, le tira un hechizo y se convierte en un mago que se había disfrazado de sillón, que por lo que parece es un profesor del copón bendito con un trasfondo oscuro. Por esa regla de tres no me extraña que compren a todos los profesores de mi facultad en el Ikea, imaginad la conversación en el departamento:

- ¿Por qué has suspendido a ese chaval? Tiene un examen de sobresaliente.

- Antes yo era un tresillo y el cabrón me ponía lo pies encima.

Volvamos al tema, ya que Harry, se agarra del brazo del viejo, se mete en otro vórtice raro viajero de esos y acaba en un campo de maíz. Al fondo se vislumbra una casa, la cual se supone que debería ser una guarida contra cualquier intruso, un lugar desconocido para todo el mundo y allí que llega nuestro miope favorito entra como quien no quiere la cosa, vamos, que mucha seguridad y la puerta no tenía ni cerrojo. Con lo que chirría el cerrojo de mi casa, allí puede entrar Voldemort levitando que se entera hasta el vecino de tres casas más arriba. Otro aspecto a describir es el diseño de la casa… ¿qué arquitecto hace eso? Por Dios, si parece que los albañiles la hicieron siguiendo el plano, pero arrugado.

Pues ya dentro de la casa, la familia Weasley, o los Pelirrojos, empiezan a saludar a Harry, que si bienvenido, que si no nos hemos dado cuenta, que alegría de verte, que si estas crecidito desde la última película… vamos, lo que me dicen mis tías de Barcelona en todas las bodas. Pero se retrasan Ron Cacique y la Empollona, aparecen y el Pelirrojo le dice a la otra que tiene un poco de pasta de dientes en la boca… ¿perdona? ¿cómo? ¿y esto es una película para niños? No me extraña nada la promiscuidad de las nuevas generaciones.

Ya reunido nuestro trío de protagonistas, pues comienzan a viajar y se meten en un barrio mágico. Allí encuentran a Draco, a partir de ahora “Oxigenao”, y empiezan a perseguirlo. Harry y sus colegas van de buenos, pero todo lo contrario. El pobrecillo del Oxigenao sólo iba a ver un armarito y los otros empezaron a reflexionar sobre el hecho: que si es un armarito oscuro, que si con él va a atacar a Hogwarts… señores, no exageremos. Después se vería que llevaban razón, pero bueno, hay que confiar más en la gente.

Pues nada, pillan el AVE Málaga María Zambrano – Howgarts, pero cuando llegan, Harry se mete en el vagón de Draco, tira un peñasco de luz oscura y se pone una capa de invisibilidad. El Oxigenao, que no es tonto del todo, se da cuenta, espera a que todo su vagón se haya bajado, le lanza un hechizo paralizador a Potter y le revienta la nariz a pisotones. Vamos, un pronto de esos que le da a cualquiera. Julían Muñoz se pone peor con los del Tomate.

En este instante se me viene una pregunta a la cabeza ¿cómo se sujetan las gafas de Harry Potter a su cabeza? A ver, a mí se me cae una moneda de un euro al suelo, me agacho, la recojo y tengo que volver a agacharme para recoger las gafas. Y Harry vuela en escoba, se pelea con ogros, vuela en hipogrifo, mata dragones, le parten la cara a patadas… y no se les cae nunca. Yo creo que no es magia, Harry Potter tiene las gafas grapadas a las orejas. Pero sigamos.

Primera cena en Hogwarts. Llega el Viejo Chocho y empieza el discurso de todos los años: bienvenidos, otro año más aquí, hay fuerzas del mal que quieren matarnos, me satisface a mí y a mi esposa Sofía… vamos, un coñazo. Además presenta a Sillón como nuevo profesor de pociones y demás potingues. Es justamente en esta asignatura, el primer día, cuando llega tarde Harry, pero como es el enchufado, no se le puede poner ni un parte. Allí se hace con un libro “Potingues malos malignos de la muerte. Nivel avanzado.” Que tiene un montón de anotaciones: trucos, conocimientos, hechizos, números de teléfono… De hecho, gracias a los consejos del libro, gana un botecito de “Suerte”. Y esto se lo creen ellos.

Dumbledore queda con Harry en su despacho, le comenta que Sillón fue el profesor de Voldemort y que se enchufe para sacarle información. De paso, Harry mete la cabeza en una ensaladera de los recuerdos y cotillea sobre el pasado del Maligno, que ahora que lo pienso, que sí, que movía cosas sin tocarlas, que dominaba a los animales, que hablaba con las serpientes… pero perdonadme, he visto peores cosas en televisión y no se han convertido en un argumento de cinco películas.

Mientras tanto, el argumento de la saga Potter se desvía entre los entresijos amorosos, ya que la Empollona quiere a Cacique, pero Cacique pasa de ella, de hecho está liado con la Niña Superpop. En cuanto a Harry, esta enamorado de la hermana de Cacique, pero ésta está confusa y se enrolla con otro. Harry sabe que Empollona está por Cacique y Empollona sabe lo de Harry, se consuelan entre ellos. Después todas las niñas se intentan ligar a Potter por aquello de que es el Elegido… vamos, Rebelde Way con varitas.

Pero sigamos con el hilo argumental de lo mágico, porque unos malos malignos de la muerte que cuando vuelan echan humo negro se dedican a hacer lo que hacen los malos malignos, entre otras cosas cargarse la casa de los Weasley y correr por los maizales, incluso creo que en esta secuencia se aprovechó algunas escenas de la película Señales, pero bueno, es una opinión mía.

También, Snape, alias “El Soso”, no he visto un personaje tan inexpresivo desde Chuck Norris o Steven Seagal, hace un trato con la madre del Oxigenao, para que se comprometa a proteger a su hijo. Por no se qué chollo mágico, si no lo cumple, se muere. Una paranoia.

Pero volvemos a Hogwarts, Harry se ha tomado la poción de suerte (extracto concentrado de alrededor de 32 Red Bulls y un café con leche) y convence a Sillón para que se dé un paseo con él. Allí encontramos a nuestro querido amigo Hagrid llorando la pérdida de una de sus mascotillas: una araña gigante. En verdad, era Ella La Araña que había entrado en coma después de “El Señor de los Anillos IV. El Estirón del Hobbit”. Para pasar las penas no hacen otra cosa que ponerse a beber en la choza del grandullón, es en ese momento cuando Harry ataca y empieza a sacarle información, más bien le saca un recuerdo, lo mete en un tubo y después lo ve en la ensaladera de los recuerdos. El recuerdo es una charla entre un mini-Voldemort y Sillón, pero nada… he visto tutorías en mi facultad con más chicha.

Dumbledore queda con Harry de nuevo, Viejo le dice que se afeite. Muy bien, un abuelo al que la pelusilla del ombligo se le enreda en la barba y le dice a Harry que se afeite… eso son huevos, señores. Pues bueno, le informa de que se van a ir de excursión en busca de no se qué maligno para cargárselo y Viejo Chocho le pide que haga todo lo que le diga desde ese momento. A ver, Potter mío, ¿seguro que quieres hacer todo lo que te diga ese hombre? ¿un anciano, con una pulsera de diamantes anudada en la barba, que no ha conocido mujer en 150 años, que tiene una mano desgastada y te dice que es de llevar un anillo?. Harry no se lo piensa dos veces, dice que sí a todo, agarra del brazo a Viejo Chocho, se meten en un vórtice teletransportador del copón y acaban en un islote rodeado de un mar con olas de ocho metros… las más pequeñas; y tú ahora te preguntas, Dumbledore, tú que eres el mago de magos, que puedes hacer lo que te salga de la barba… ¿no había otro sitio para pararse? No sé… ¿algo más seguro? No te digo que te transportes a un chiringuito, pero algo más resguardaíto sí que hay.

Nuestro miope del rayo en la frente y el anciano se meten en una cueva con un lago de proporciones considerables y en el centro del mismo una isleta a la que tienen que llegar, sin embargo, el único medio para llegar a ella es una barca que tiene los mismos niveles de flotabilidad físicos que un monopatín de corcho. Dumbledore, no seas rácano, saca un hidropedal o algo así. Llegan a la isleta y ven una pila, que lo primero que piensas es en que uno de los dos se va a bautizar u algo parecido. Pero no, Harry tiene que obligar al Viejo a beberse toda y no dejar ni gota. El primer sorbo bien, el segundo, pasable, el tercero ya cuesta, al cuarto dice que mejor que no, al quinto Dumbledore está rabiando, al sexto jura que en el séptimo sorbo matará a Potter … al duodécimo a Dumbledore le da vueltas la cabeza mientras canta el “No cambié”, al siguiente… Vamos, un espectáculo de Martes y Trece.

Habiéndose bebido toda la pila, Dumbledore pide un poco de agua a Harry y tú te preguntas “compadre, te has bebido un lavabo de agua, ¿desde cuando no bebes hijo mío?”. Allí que va nuestro protagonista a coger agua del lago, de pronto, le agarra de la mano un monstruo y te das cuenta de que dentro del lago estaba la comunión del sobrino de Gollum. Empezaban a emerger Gollums por todos sitios, uno se abrazó a Potter y lo tiró al agua; Dumbledore convirtió su varita en un lanzallamas y dijo “aquí se va a cagar la perra”. Aquello parecía un anuncio de Burger King… a la parrilla sabe mejor.

Vuelven a Hogwarts y ven que se ha montado el pifostio padre. Los malos malignos del humo negro se han teletransportado a Hogwarts a través del armarito cuco de Draco y quieren cargarse a Viejo Chocho ya que están allí. Harry va a avisar al Soso de que ya han llegado y de que los malos van a cargarse al Viejo. El Soso sube, agita la varita, dice “Abra Cadabra” y tira a Dumbledore por la ventana. ¿Pero qué mierda de final es éste? Juan Tamariz, te dice “Abra Cadabra”, canta “Niaaaanananaaaa”, te hace como que toca el violín y no le han hecho una película. ¿Qué final es éste para Dumbledore? El mago de magos, que puede masticar un chicle en Birmania y pegarlo a los dos segundos en el Coliseo de Roma, ¿y no puede llegar de un ático a la planta baja sin matarse? Venga, vamos, por Dios. Pero no todo queda ahí, ya que todo Hogwarts se reúne alrededor del cuerpo inerte del anciano y encienden las varitas cual concierto de Alejandro Sanz, sólo les faltaba cantar el “Y si fuera ella”.

Y tú, como espectador, que te habías visto las anteriores, que esperabas una batalla sin cuartel entre el bien y el mal, con rayos y fuegos por doquier… y resulta que has visto dos horas de película ¿para que tiren a un viejo por una ventana? No hay derecho. Cómo se nota que el cine está en crisis…

Un saludo queridos discípulos, seguiremos informando.

5 comentarios:

Litox!!! dijo...

Vaya fraude! Era como gossip girl potter, ademas hogward era un puto picadero en todas las escenas sale gente de fondo dandose el lote! Isabel para sustituir a dumbledore! se iba a cagar la perra!

Layla dijo...

Me direis que la niña superpop no molaba eh???? jejeje!! y la del vestido estraño tb !!!

Paoli dijo...

Prooooo!!! jejeje es bueniisimooo!! aunque yo no me habia enterado de la mitad de la pelicula xD
que Dumbledore le dijo a Harry que se afeitara?? que fuerteee!! yo seguro que me habia enterado de otra cosa, porque no se si te lo he dicho, pero yo me iba inventando mis propios dialogos conformo veia la pelii xD ya te los contareee :P
Besitoos Proooo

Paoli dijo...

Desde Oxford tambien te leooo!! xD

Anónimo dijo...

Pacooooo soy Lala actualiza coño!!!!

Folou mi en tuiter

Seguir a san_paco en Twitter