miércoles, 18 de febrero de 2009

¿Estudias o trabajas?

Queridos discípulos, sé que muchos, alguna vez, se habrán preguntado a qué dedico mi vida. Estudio comunicación audiovisual, o al menos eso pone en la matrícula.

Aún me acuerdo de aquel primer día de universidad en el que no pude resistir la tentación de hacer alguna novatada. Así que un día me inventé una asignatura de libre configuración, de la cuál informé al mítico inocente pardillo de la facultad, argumentándole que se trataba de una asignatura anual llamada “procesos de producción textil artesanal”, con trabajos cuatrimestrales como punto de cruz o encaje de bolillos. Perfecto, dicho pardillo se creyó dicho bulo y maldita conciencia que me remordió la moral, lo que provocó que le quitara de la cabeza a mi víctima lo de ir a informarse a secretaría. Siempre he tenido especial ilusión por conocer la expresión facial de la secretaria.

Sin embargo, ahora que llega el fin de la carrera, sé que no sé nada y no es una frase hecha. Durante mi estancia en la facultad, he aprendido psicología, sociología, filosofía, ética, historia, idiomas, física, marketing… sin embargo, nadie se me ha percatado de que alguien me debería haber enseñado a encender una cámara. Chachi, me han preparado para jugar al Trivial.

Y es que, a estas alturas, reflexionas sobre ínfimos detalles sin importancia, en apariencia. Imaginad la situación, un corro de amigos en el que cada uno empieza a decir la profesión a la que se va a dedicar: médicos, periodistas, maestros, peluqueros, policías… y ¿yo? ¿soy el que hace las fotocopias, no? ¿Qué voy a ser? ¿comunicadista? ¿comunicólogo? ¿comunicador? ¿a qué me voy a dedicar? “Ey, tranquila mama, que yo comunico”, sí, soy como un pregonero, pero con estudios. Bueno, eso si no hablamos el mítico error que existe con el nombre de la licenciatura:

- Ey, ¿tú que estudias?

- Comunicación.

- ¿Siiiiii? Pues Teleco tiene que ser difícil, ¿no?

Muy bien, ya ni tengo ni oficio ni carrera, vamos progresando.

Ahora nos paramos a analizar las clases. Una asignatura prototípica que me marcó fue “Creación Audiovisual”; en ella, el profesor se dedicaba a ponernos vídeos sobre arte visual, nuestro maestro se sentaba en primera línea y se extasiaba cuál Santa Teresa, incitándonos a profundizar en el subconsciente del artista audiovisual. Perfecto, nos dedicamos un cuatrimestre buscando la esencia a líneas sobre fondo negro, puntos crecientes y menguantes… es decir, estuvimos cuatro meses de nuestra vida viendo salvapantallas de Windows. De puta madre. Sin contar el trabajo final, en el que tuvimos que hacer una creación visual, cuyo único requisito es que no tuviera sentido. ¿Qué hace un San Paco? Pues un salvanpantallas de Windows, pero con plastilina. Nota final: 9.

Es que en nuestra carrera, vemos muchas películas, de hecho mientras en otras facultades tienen una biblioteca, nosotros tenemos un videoclub; y mientras otros estudiantes van a clase con carpetas, nosotros vemos más útil llevar palomitas. Y es que es duro y sacrificado, tener clase a las tres de la tarde, en plena digestión, te cierran las ventanas, te bajan las persianas, te ponen una película en blanco y negro y encima… muda. Muy bien, y te tienes que mantener despierto durante dos horas. A ver, queridos eruditos intelectuales del cine de ayer y hoy, por mucho que pidáis que nos pongamos en la piel de los espectadores del S. XIX, las películas de los hermanos Lumiére son un coñazo a las tres de la tarde, tanto hoy como lo fue en 1887.

Mi carrera no me ha enseñado a apreciar el cine, sino a amargarme a la hora de ver una película: “por favor… ¿eso es un travelling? Para eso no lo uses, que además… espera, espera… ¿te has dado cuenta del fallo de racord? Mira, fíjate, ya no lleva gorra… sin contar que se acaba de saltar el eje de acción…” Sin embargo, todos estos comentarios se hacen en voz alta, por lo que cada vez la gente empieza a poner más excusas para acompañarte al cine o ver películas contigo, provocando cierta tendencia autista en este aspecto.

Conclusión, en mi carrera he aprendido a ser asocial, a jugar con plastilina y saberme todas las respuestas del Trivial, menos las del quesito naranja de deportes… pero tiempo al tiempo…

2 comentarios:

quien sabe dijo...

ay,maestro,como aprendo de ti cuando te leo...
algun dia nos conocemos y me explicas como pones en el ordenador los salvapantallas de plastilina sin que se quede todo pegajoso.Haria la prueba yo misma,pero tengo yuyu de hacerlo mal y que no se vayan despues los pegotes.
si en mis tiempos hubiera habido "comunicacion" seguro que habria acabado la carrera,porque dormirme viendo pelis antiguas despues de comer es lo que mas me gusta(jajaj).
me ha encantado la conclusion de que el futuro de tu carrera es ser pregonero son titulo universitario(no se me habria ocurrido nunca),pero te recomiendo que no dejes que los telecos se queden tb con las atribuciones profesionales de los de comunicacion(con esos hay que tener mucho ojo,que empiezan una carrera y se las quedan todas por el morro...joer,en algun momento zapatero estudio teleco?...)espero que seas el pregonero internauta mas conocido,porque eres un genio comunicando.Hasta la proxima,maestro.

Anónimo dijo...

Paco te queremos... aunque nos ganes al trivial, al monopoly, al scene it...


Attemente: Un teleco que no es comunicador ^^

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