lunes, 19 de noviembre de 2007

GÉNESIS (Primera Parte)

Buenos días hermanos, hoy pienso hablaros de el primer libro que conforma la sagrada obra de La Biblia.
Para empezar, qué mejor comienzo que La Creación de todo lo que conocemos. Éste relato es un homenaje al trabajo de último momento, es decir, ¿por qué teniendo toda la eternidad para crear todo, lo crea en una semana?
Desde pequeños, el fragmento que más no llama la atención es la parte del Arca de Noé, por eso de los animalitos dentro de un barco, sin embargo no nos paramos a pensar en el pobre transfondo psicológico del protagonista. Noé era un hombre campechano de la época, con una edad normal para esos tiempos, es decir... unos seiscientos años; haciendo un reflejo respecto a la actualidad, sería el típico abuelete con bastón, gorra, perro y radio incrustada en el oido que pasea por las calles de cualquier ciudad.
Dios (al que a partir de ahora llamaremos "Papá Grande" para no herir la sensibilidad de ciertos lectores), vió que los hombres lo tomábamos por el pito de un sereno, así que decidió formatear la Tierra. Papá Grande la verdad es que no me respondo qué vió en el pobre anciano de seis siglos, a ver... que lo quieres para hacer un barco de unos... tres pisos, coño, haberte buscado alguno de unos ciento treinta años, vamos, lo que denominamos coloquialmente como "yogurín". Pues Papá llegaa Noé y le dice que está cabreado y que va a inundar todo. Noé en un principio pensaba "tu estas de coña, ¿no?", pero por el "por si acaso" construyó su Titanic paticular y metió a su familia y a una pareja de todo bicho viviente. Papá Grande, que eso de las bromas no se le da muy bien, llevo a cabo su formateo drástico y allá que estuvo lloviendo unos cuarenta días.
Termina el chaparrón, se seca todo, Noé sale de la barca para estirar un poco las piernas, sueltan a los animales y en eso que llega Dios y le comenta a Noé "mira, en la Tierra no hay ni un alma, aparte de vosotros, así que ahora tenéis el trabajo de repoblar todo este planeta", y Noé pensaría algo así "a ver... me estas diciendo, que repoble el mundo con la friolera de seiscientos años, y además sabiendo que las mujeres que quedan son las esposas de mis hijos y mi esposa y dudo que esta última sea una adolescente ni portada de Play Boy." Conclusión, Noé es el primer timado de la historia.
Después tenemos el hecho de la Torre de Babel, es decir, un claro ejemplo de Papá Grande diciendo "para chulo, yo". Ahi tenemos a los humanos haciendo un rascacielos bestial, en eso que Dios se cabrea y se pone a crear lenguas. Muy bien, gracias
Papá Grande, si ya me costaba entenderme con el sexo contrario ahora ponme que tenga que ir con un diccionario multilingúe a todos los sitios. Muchas gracias.
Después tenemos al personaje de Abram. Este hombre era lo que llamamos otro hombre campechano, tan sólo que no nació en el tiempo que debía. Para empezar su mundo era algo parecido a cualquier obra de Tolkien, es decir, un montón de hombres con melenita y barba a lo Gandalf metiéndose ostias. Y llegó Papá Grande hizo una alianza con Abram, le cambió el nombre por "Abraham" (muy original la modificación) y le propuso al pobre hombre tener hijos tantos como estrellas en el cielo. El anciano empezó a hacer cuentas, Abraham, que desde su adolescencia había querido tener un hijo suyo futbolista, ahora se planteaba tener una liga entera con sus descendientes. Que pena que no se planteara lo del Cheque Bebé. Sin embargo, Dios, que en eso de cortar el rollo sabía un poco, le dijo algo así como "no te ilusiones, tu descendencia va a pasar 400 años de opresión". Gracias cortarrollos, deja que se ilusione el chaval. Si es que Abraham era un cacho de pan, Dios le propuso (en plan prueba) que se llevara a su único hijo y lo degollara en el monte. Cómo buenazo que era (dudo que tampoco tendría mucho aprecio por un ser que se iba a quedar hasta los 90 años en la tienda de los padres), cuando se encontraba empuñando una daga, llegó un ángel, le dijo "iyo, no, no... que era de coña" y Abraham soltó la daga.

Continuará...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es que Dios (perdón, Papá Grande) tiene un sentido del humor bastante peculiar. Porque no me digas que no se pasó con el pobre Job...

Como siempre, genial, me he reído mucho.

Un saludo!

Anónimo dijo...

LA verdad... me he reido me ha gustado, no lo veo ofensivo además el antiguo testamento siempre se presta a esto... alguna vez que otra hice alguna broma del estilo...

un abrazo hermano

Búfalo

Anónimo dijo...

no os metais con el Antiguo Testamento

Por cierto, a todos aquellos q tirais de la biblia para liar vuestros petardos cuando os falta papel...xq no cogeis el Coran y asi ya fumais de importacion? SALUD

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